1 mar 2010

¿Nostalgia por el autoritarismo?

Los mexicanos sentimos nostalgia por el autoritarismo y parece que la democracia y sus prácticas nos confunden. Consideramos que el modo más eficaz de organizarnos es con una sola persona al frente, con poder de decisión y mando sobre todo lo demás, incluso si ésto implica quedar sujetos a su buena voluntad.

Los movimientos ciudadanos que dieron origen a la creación del IFE como institución ciudadana o de la CNDH como organismo autónomo, mismas que se consideraban conquistas ciudadanas, lo fueron únicamente durante uno o dos periodos y ahora las hemos perdido: con los nombramientos de Leonardo Valdés en el IFE y de Raúl Plascencia que por acuerdos políticos, el Senado nombró en vez de Emilio Álvarez, quien contaba con el apoyo de la mayoría de las organizaciones ciudadanas y se había distinguido por una gestión favorable a los derechos humanos cuando estuvo al frente de la Comisión de Derechos Humanos del D.F.

Vale la pena recordar, por ejemplo, que cuando Gustavo Díaz Ordaz en su informe de gobierno de septiembre de 1968 (un mes antes de los sucesos del 2 de octubre en Tlatelolco) mencionó “hemos sido tolerantes hasta extremos criticables” refiriéndose al conflicto estudiantil y las reacciones gubernamentales, lo que provocó ovaciones por parte de la mayoría de los diputados que eran priistas.

Los gobiernos priistas se caracterizaron por sus modos autoritarios y de relación coorporativa con la ciudadanía, no permitieron formas de participación política que salieran de las del sistema político. Luego de la victoria de Vicente Fox, que bien o mal incorporó a la actividad política y gubernamental prácticas y modos democráticos fue excesivamente criticado; el PRI a la fecha sigue recuperando puestos de elección popular con la idea y el slogan “Sí sabe gobernar”, slogan que necesariamente nos hace preguntarnos, ¿acaso “saber gobernar” implica saber ser autoritario?

Sin embargo, los modos autoritarios no han sido exclusivos del PRI. Para 1910, el movimiento revolucionario que dio fin al porfiriato y redactó la Constitución vigente fue dirigida por las élites del momento, salvo en el caso de Villa y Zapata, cuyas demandas fueron incluidas en el diseño institucional y plasmados en la Constitución, pero ellos fueron excluidos del sistema político vigente hasta nuestros días.

El PRI y el diseño institucional, incluidas las que Carpizo llamó facultades meta constitucionales del presidente, son producto de un movimiento social en el que sólo se sustituyeron las élites políticas y militares sin dar apertura democrática, aunque ésta tampoco es la primera expresión de autoritarismo.

Los mexicanos, que en su mayoría somos mestizos, conservamos rasgos que tienden al autoritarismo y que de algún modo orientan nuestro modo de participación política: tanto la figura del Huey Tlatoani mexica, como la del rey español (entre sus muchas diferencias), se ungían como figuras todo poderosas, incuestionables y proveedoras del pueblo; eran figuras paternalistas. Tiempo después, luego de la victoria de la independencia en 1824, cuando al poder del Estado en México se le dio fundamento jurídico y político se tuvo que hacer con rasgos y costumbres paternalistas.

Por cierto, la Constitución de 1824 entre otros aspectos, contenía al catolicismo como religión oficial (para que el movimiento de independencia tuviera éxito, se tuvo que promocionar como un movimiento católico y dirigido por sacerdotes, es decir una de las figuras más explícitas del paternalismo como lo indica su nomenclatura).

El sistema político republicano dio pauta a gobiernos inestables e ineficaces, que originaron el surgimiento del movimiento revolucionario de Ayutla, mismo que dio origen, por fin a la definición de un Estado laico en la Constitución de 1857. Dicha Constitución laica, por cierto, fue jurada “En el Nombre de Dios” por el Congreso Mexicano. Dada la inestabilidad política que se vivía, sólo se pudieron legitimar y consolidar actores nacionalistas y autoritarios como cabezas del Estado, dos principalmente: Benito Juárez y Porfirio Díaz y evidentemente, los ciudadanos subordinados a éstos.

Las teorías más recientes de gobiernos eficaces incluyen la participación de la sociedad civil en el rumbo de las políticas públicas y en el modo de gobernar, sin embargo a la fecha no hemos sido capaces de hacerlo; luchar contra el autoritarismo va más allá de tomar conciencia, implica luchar contra toda nuestra historia y sus procesos. En este esquema, es lógico sentir que el mejor modo de organización debe ser alrededor de un líder, que la democracia nos confunda y sentir nostalgia por el autoritarismo.

8 comentarios:

  1. Hola, felicidades por la reflexión, está bien fundamentada, a partir de ella creo que no se requiere ser autoritario, sólo racional, firme y pensar en "nosotros" como mexicanos, antes de pensar en "mí" como persona.

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  2. Hola...!!!

    En verdad haces reflexionar sobre toda nuestra historia y como es que la historia gira entorno al autoritarismo. Es una columna con muuy buenos argumentos. Felicidades al autor de ella.

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  3. es triste saber que tienes razon en algo tan importante como esto, para los mexicanos siempre ha sido muy comodo el autoritarismo no solo para vivir bajo la cobija de papa gobierno, sino ademas siempre tener un culpable de lo que pasa sin la necesidad de hacernos responsables.

    buena columna, buen autor

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  4. Hey!
    A mí me parece que la nostalgia, más que por el Autoritarismo, es por las prácticas populistas de todos los gobiernos que citas.
    Desde el nacionalismo revolucionario y su maravilloso esquema corporativista y de sustitución de importaciones, hasta la comida que repartían los Tlatoanis, el sistema era legítimo y funcionaba, porque otorgaba dádivas a la gente.
    Actualmente, lo que los mexicanos añoran y según la última ENCUP, estarían dispuestos a cambiar algunas libertades para obtenerlo, es un mayor ingreso y una vida más cómoda...

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  5. Hola: Considero que cualquier espacio dialógico (como el tuyo) incrementa la participación, solo espero que tu sesgo partidista no nuble tu visión ya que en todos los partidos existen ejemplos del autoritarismo, solo falta recordar las declaraciones del Sr. Lopez en el PRD al momento de hacer prometer al candidato "Juanito" que renunciaría al cargo a penas gana la elección para cederlo a Clara Brugada, o en el estado de Veracruz, donde actualmente la todavía no oficial candidatura de Miguel Angel Yunes Linares por el PAN esta siendo ejecutada. Considero que el programa Solidaridad (el cual ha sido considerado la única política publica en el sentido extenso de la palabra por realmente incluir a la población en su diseño-implementación-evaluación) es un ejemplo claro ya que en México todavía no tenemos de forma real presupuestos ciudadanos ni otra cosa que se asemeje.Considero que las puertas por parte del gobierno podrian estar abiertas pero como sociedad todavía nos falta muuucho muuuucho por avanzar en el difícil camino de la madurez política pero sobre todo en el difícil camino del crecimiento como Nación.

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  6. Pablo, me gustó tu columna, por una parte no omites las razones que orilla a muchos a extrañar al gobierno autoritario, y al mismo tiempo haces mención de la participación ciudadana.

    Esta última es de vital importancia para que podamos llevar este país a donde queremos los ciudadanos y no la clase política, porque si bien a ellos también les conviene que las cosas salgan bien, solo es por un breve espacio de tiempo que llega hasta la siguiente elección, en cambio a los ciudadanos nos interesa que el país esté cada vez mejor y poco nos importa a quien le toca desgarrarse las vestiduras en la campaña que se aproxima...

    Buen análisis!

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  7. y no hay que ser parte de los mismo juan.. ni colaborar con aquellos que les conviene que las cosas salgan bien hasta la eleccion

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  8. Bueno, en realidad no dices ninguna mentira,los que nos desarrollamos en éste ámbito sabemos que parte de lo que dices es cierto. Pero en cuanto al sentimiento que dices que tiene la ciudadanía mexicana, esa añoranza del gobierno autoritario. No estoy de acuerdo, no se debe concebir control, estabilidad, seguridad como sinónimos de autoritarismo.
    Creo que tal vez a lo que haces referencia es que en la época tan violenta que está sufriendo el país es lo que hace extrañar el régimen pos revolucionario, pero era la seguridad que otorgaban al ambiente social. Porque por buenas fuentes se, que no muchas personas que vivieron esa época eran muy felices con el tipo de régimen.
    Lo único que me queda por decir es que, no ere tan malo haciendo análisis, creo que vas por buen camino.

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